Debido al rechazo de sus exámenes ocupacionales a la llegada de sus vacaciones, Juan Toledo , trabajador de 59 años, inició un tratamiento con Carla Rubilar, nutricionista de Clínica Andes Salud El Loa. Hoy, está dichoso y confiesa, “nunca pensé que sería tan efectivo”.
Una sonrisa se dibuja en el rostro de Juan Toledo, trabajador minero de 59 años, al contar su experiencia. Todo empezó con el fin de sus vacaciones y el retorno a la ciudad, “me realicé los exámenes ocupacionales y me los rechazaron”, explica.
Sus resultados eran preocupantes. Los triglicéridos, que en un nivel normal van entre los 100mg/dl y 150mg/dl, estaban en 560mg/dl. Por otra parte, la glicemia le arrojó un índice de 283mg/dl, siendo que lo normal antes de una comida es de 100mg/dl y después de 2 horas de sobrecarga de glucosa, hasta 140mg/dl. Finalmente, el resultado de su examen de la hemoglobina glicosilada arrojó un 10,2%, siendo que para niveles normales ésta debe situarse bajo el 5,7%.
Estilo de vida
Hoy, con sus índices dentro de la normalidad, manifiesta sentirse mejor de salud, con más ánimo y energía, “gracias al tratamiento del Dr. Ascueta, complementado con la labor de Carla y el incondicional apoyo de mi esposa, no hubiese podido cambiar mis hábitos alimenticios”, reflexiona.
Drina Barrios, su esposa, refuerza sus palabras y confiesa que al ayudarlo, juntos adquirieron el desafío de cambiar los malos hábitos, “cada uno debe hacer su parte, por ejemplo, en el compromiso de comer a horas específicas, imagínate que uno estaba acostumbrado a comer a deshora, llegar con un churrasco o papas fritas después de las 9”, destaca entre risas, pues hoy dicen seguir al pie de la letra el horario de sus comidas, “a las 7 es nuestra última comida y ya estamos acostumbrados”.
Resultados
Después de dos meses desde su primera consulta, Juan redujo evidentemente sus malos índices. Los resultados de sus nuevos exámenes fueron claros: triglicéridos, 136mg/dl; la glicemia, 109mg/dl y la hemoglobina glicosilada, 6,2%, además de bajar cerca de 5 kilos.
Carla Rubilar, nutricionista de Clínica Andes Salud El Loa confiesa que desde el primer momento, Juan expresó sus convicción de cambiar, “el compromiso que debe adquirir el paciente es fundamental para que los planes sean efectivos y con resultados evidentes”.
Por su parte, Juan enfatiza que no dejó de comer, si no que se ordenó en el horario, las porciones y, también, adquirió el hábito de leer y comprender la información nutricional de los productos antes de comprarlos. Además, resalta que la profesional también se preocupó de que las comidas fuesen sabrosas, “por ejemplo, me recomendó una mayonesa baja en grasas, que es estupenda, así te eliminas el prejuicio que lo sano es fome o poco sabroso”.
Juan reitera que el logro de su tratamiento es colectivo, “si no fuese por mi esposa, que me ayuda en todo, yo no hubiese podido hacerlo solo”. Finalmente, reflexiona y hace un llamado a la prevención, “se debe comprender que tu salud está en juego, piensa que yo ahora me siento hasta más joven, cuando uno aprende más sobre cómo alimentarse, no sólo puedes bajar de peso o mejorar resultados, si no que es un cambio de vida completo y se nota ”.
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