¿Qué sabemos sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA)?

En el Día Mundial de la Concientización del Autismo, el mensaje de acompañamiento e inclusión a las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) ha cobrado una gran relevancia en este periodo marcado por la pandemia, considerando las dificultades de adaptación a la nueva realidad a las que se ven enfrentadas las personas con esta condición.

El TEA es una condición permanente del neurodesarrollo que afecta distintas áreas mentales de una persona, tales como la comunicación social (contacto con personas, entender ciertos contextos, percepción de gestos, chistes o lenguaje con doble sentido) o patrones de conductas, que suelen ser estereotipados o repetitivos, como por ejemplo, el acostumbrarse estrictamente a una rutina.

Posibles causas

Según el neurólogo pediátrico de Clínica Andes Salud El Loa, Dr. Gustavo Mallea, no existe una causa concreta que genere esta alteración, la que normalmente es detectada a una temprana edad, debido a que su diagnóstico es relativamente nuevo.

“Esta condición y su diagnóstico es algo que se empezó a conocer hace poco dentro de la medicina, mas o menos a comienzos del siglo XXI, pero todavía quedan muchas preguntas sin respuesta. Lo que se plantea hoy es que su causa se debe a un componente genético o a un componente ambiental, pero lo más nuevo es que existe una mezcla de las dos cosas”, indicó nuestro especialista.

“Hay síndromes genéticos como el de X frágil que se asocia al TEA, pero también hay componentes ambientales como puede ser un parto prematuro, en donde el niño tiene más probabilidades de desarrollar este trastorno. Actualmente no hay un examen médico probado que determine el por qué esto se produce”, agregó.

Características frecuentes

Dentro de los signos y comportamientos frecuentes que desarrollan las personas con TEA se pueden identificar en mayor o menor medida los siguientes aspectos:

• Poco o nulo contacto visual y querer estar solos.
• No señalar objetos.
• Tener dificultad para comprender sentimientos de otras personas.
• No expresar de forma explícita sus emociones y sentimientos.
• Ocupar un lenguaje más rebuscado a la hora de expresarse.
• Repetir frases o palabras (ecolalia).
• Establecer una rutina estructurada y mostrar cierta irritación ante cambios en ella.
• Tener reacciones poco habituales ante estímulos o ruidos fuertes.
• Ordenar juguetes (por tamaño o color) en lugar de jugar con ellos.
• Obsesión con ciertos temas.
• Ser selectivos con lo que comen o con lo que visten.

Tratamiento

Hasta la fecha, no existe un tratamiento que revierta esta condición. Sin embargo, nuestro especialista señala en que, de acuerdo con la evidencia médica, mientras más temprano comiencen las terapias, mejor es el pronóstico a largo plazo, lo que significaría una mejor preparación para la etapa adulta.

“Lo que uno se debe proponer, es que el chico o chica con TEA sea un adulto funcional y autónomo. Las terapias disponibles al menos con el lenguaje tienen que ver con terapias de fonoaudiología, para las conductas repetitivas se pueden tratar con terapia ocupacional. En la adolescencia y pubertad nos puede ayudar algún psicólogo o psicóloga (…) Hay distintas cosas que con el tiempo se pueden ir trabajando, pero lo que hay que tener en cuenta es que los tratamientos solo ayudan a la autonomía de la persona, no en la erradicación del trastorno”, concluyó.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) (institución creadora de esta efeméride) planteó para este año una serie de objetivos centrados en la inclusión laboral de jóvenes y adultos con Trastorno del Espectro Autista, con el fin de abordar la necesidad de una mejora en la calidad de vida, la inclusión y las oportunidades para las personas con algún grado de autismo en el contexto de pandemia.

Sin duda alguna, esto ha generado un enorme cambio en el quehacer diario, por lo que el acompañamiento a personas con autismo o síndrome asperger es más primordial en estos días.

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