Nataly Espinoza, nutricionista de Clínica Andes Salud El Loa, nos entrega prácticos consejos para evitar las clásicas molestias en el embarazo, como lo son la fatiga, las náuseas, la acidez, los calambres y el estreñimiento.
Fatiga
Junto con las náuseas, podríamos decir que la fatiga es uno de los primeros síntomas del embarazo. Una de las responsables de este síntoma es la progesterona, además del desgaste energético propio del embarazo.
Al respecto, Nataly Espinoza, nutricionista de Clínica Andes Salud El Loa destaca la importancia de realizar ejercicio físico moderado, “es una muy buena forma de disminuir el estrés, aumentando la energía y ayudando a dormir mejor por las noches”. Además, puntualiza, “Si en la noche aparece la sensación de cansancio es aconsejable acostarse, aunque sea más temprano de lo habitual”.
Por otra parte, las madres que trabajan deben tener pequeños descansos frecuentes, así no pierden fuerzas. Para las madres que están en casa, la especialista aconseja dormir siestas a la hora de almuerzo o antes de cenar.
Finalmente, la profesional destaca la importancia de la hidratación, pues ésta combate la aparición del cansancio, pero advierte, “para evitar levantarse por las noches, la ingesta de agua debe repartirse durante el día y no beberla dos o tres horas antes de ir a dormir, ya que esto obligará a despertarse durante la noche para orinar”.
Náuseas y vómito
Cómo dijimos anteriormente, las náuseas y el vómito son uno de los síntomas más comunes en el embarazo. Al respecto, la nutricionista detalla, “estos síntomas son causados por la acción de hormonas placentarias, en especial de la gonadotropina coriónica y la progesterona, que ralentizan el proceso digestivo”. Vale destacar, que las náuseas del embarazo no afectan al bebé de ninguna manera, a menos que la embaraza pierda peso, como puede suceder con el vómito intenso.
Al respecto, Nataly aconseja distribuir las ingestas diarias en 4 o 5 comidas poco abundantes pero continuadas, es decir cada 2 o 3 horas, comiendo en un lugar relajado y pausadamente. Además, destaca la importancia de evitar comidas pesadas, ricas en grasas (fritos, rebozados) y también aquellas que contengan muchas especias o hierbas aromáticas.
En relación con las náuseas, aclara, “los platos muy olorosos suelen acentuar las náuseas, por lo mismo hay que evitar cocciones que desprenden mucho olor como el horno, los fritos o los guisados” y agrega, “hay que ventilar bien la cocina y comer las preparaciones algo más frías, ya que calientes desprenden más olores”.
Además, aconseja que se deben descartar todos los alimentos que producen especial aversión y sustituirlos por otros de la misma familia para no provocar carencias nutricionales, “por ejemplo, si no se tolera la leche sustituirla por el yogur o por el queso”. Quién también destaca que, en ocasiones, un alimento no tolerado con otra textura o temperatura puede que no provoque náuseas, “una opción es batir o triturar en forma de compota o de puré”.
“Si la embarazada se despierta con náuseas debe ingerir un pequeño tentempié en la cama antes de levantarse, que sea de fácil digestión como una galleta tipo María, un puñadito de cereales sin leche, entre otros”, detalla la especialista y agrega que una vez ingerido los alimentos debe esperar unos 15 o 20 minutos antes de incorporarse.
Finalmente, Nataly subraya la importancia de no prolongar el ayuno durante la noche y evitar beber grandes cantidades de agua al despertar, pues aumenta la sensación de náuseas, “es mejor repartir la toma de agua durante todo el día en pequeñas cantidades, pero continuadas”, expresa.
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